miércoles, 12 de marzo de 2014

Día 5 - Santa Mónica - Venice Beach


El viernes por la mañana llegó la hora de hacer algo con lo que he soñado desde hace años: Ir a Santa Mónica.
Es un lugar que adoro desde que lo vi en la primera serie/película que apareció, fijaos si lo adoro tanto que bien sabéis el miedo a las alturas que tengo, y mi reto personal es subirme a la noria del muelle. Os parecerá una tontería, PERO NO LO ES, no para mí, que puedo morirme en el acto. 

Antes de acercarme al muelle fui a alguna tienda donde vi los preciosos juguetes Pop! pero no, aún no están los de Buffy. Además vi algo curioso, que era un estante dedicado a Frozen y arriba tenía un cartel que ponía: "Just for kids" MENTIRA, es tan mentira que me compré un cuento y tengo veinticinco años. 

Cuando llegué al muelle empecé a enamorarme de una manera lenta, insonorizada y bonita. Ver todas las atracciones, la noria, la playa, el océano, precioso. Era tan precioso que disfruté de Sushi mientras contemplaba el océano. 
Además tiene unos recreativos, sí, esos lugares donde yo soy la persona más feliz del mundo, esos. Y como dato curioso contaros que en USA puedes jugar al Guitar Hero dentro de ellos, y sí, jugué, faltaría más. 

Más tarde nos dirigimos a Venice Beach, ya que era otro lugar completamente diferente. Y vaya que sí lo era. 
Al llegar me sorprendí tanto que casi lloro de emoción, y ésta vez no es una forma de hablar, de verdad que casi lloro por toda la emoción que me provocó en un momento. Y es que estaban bailando niños de una manera espectacular, y claro, como para no emocionarse. 

El atardecer estaba llegando y me fui a disfrutarlo a la orilla del agua, a enamorarme de verdad y a tomar las mejores fotos que tomé hasta ahora de Los Ángeles. Fue demasiado precioso para ser verdad. Podría ser mi ritual para cada día que quisiera, irme a Venice Beach a ver atardecer y todo lo demás no importa. El Hakuna Matata en forma de preciosidad. 
Mientras tanto me encontré con una pajera de españoles que también se había ido a USA a comenzar una nueva vida, estaban más que encantados, y no me extraña para nada, cualquiera lo estaría. 

Cuando terminó tocó volver al paseo, viendo como grababan vídeos de baile entre otras curiosidades. 
Por cierto, dato importante, en Los Ángeles hay churros, y están muy, muy ricos. Le echan canela y azúcar, y tenéis que probarlos. 
Es un dato importante porque en Roma no existen, y creedme que volver por la mañana y no desayunar churros, no mola nada, pero nada. Hay costumbres que no hay que perder en la vida. Así que, en Los Ángeles no se perdería. Otro punto a favor. 

El día terminó cambiando la fecha para ver la película de Veronica Mars, ya que gracias a un concurso gané ir el día 13 (Sí, mi karma de "It's free" haciendo de las suyas), y tenía la entrada para ese mismo día, así que sí, la veré dos veces en el cine, por ahora. 

Y nada, que esto es mucho más de todo lo que podría haber imaginado todas las veces que quise venir y soñé con hacerlo, literalmente y metafóricamente hablando, es tan indescriptible que por mucho que os cuente, tenéis que vivirlo, y ojalá lo hagáis. 

Como siempre, gracias por estar atentos a mi aventura, y alegraros de todo lo bueno que me pase, aunque me odiéis un poquito bastante. 

Have a nice day 

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