martes, 22 de octubre de 2013

Pepito Grillo dice...

Han pasado otros doce días desde la última vez que compartí con vosotros nuestras andadas por la ciudad. 

Y como no podía ser de otra manera, seguimos con anécdotas. 
Hoy quiero hacer la entrada con algunos consejos preventivos/graciosos e increíbles: 

Para empezar, aquí, los hombres italianos suelen ser bastante insistentes (pesados) y de éstos que tienen grabado el que la sigue la consigue, pero en éste caso, consigue el corte y casi la orden de alejamiento. 
Pararlos antes de tiempo si tenéis claro que de ese agua no beberás, o a ese Hobbit (Copyright de la gran Carmen) no besarás, para evitar días y días de conversaciones en las que dices que no. Que el tiempo está muy caro. 

Si vais al famoso barrio de San Lorenzo, uno de los mejores en cuanto ambiente universitario e italiano, tened cuidado cuando vengan unos cuántos extraños y empiecen a bailaros al rededor y a tocaros, lamento deciros que no se trata de ninguna obra musical improvisada a lo "West Side Story" o a lo "Glee", si no que se trata de una original forma de robarte el móvil sin que te des cuenta. 
Si tienes suerte, y tu móvil no sirve ni para abrir chapas de Peroni tras más de dos intentos, te lo devuelven como le paso a nuestro pobre y afortunado erasmusito Adriá. 

Cuidado con los profesores, aquí suelen ir a su ritmo, y me lo dijeron el primer día que me encontraba sola en la puerta de la clase esperando sin que viniera el cuando ya había pasado más de media hora. Al ir a secretaría me dijeron entre risas que en Roma se toman la cosa con mucha calma, tanta, que siempre llegan tarde. 
Con el cuidado me refiero a que, al menos para los de La Sapienza, es un mito eso de que a los Erasmus nos pongan facilidades en cuánto a las asignaturas. Aquí para hacer que sientas que eres un italiano de verdad te exigen exactamente lo mismo, y unos 5- 6 libros por asignatura, con sus correspondientes trabajos, prácticas (si existen) y exámenes. Y tened cuidado si os miran, puede ser que el esté mirando el móvil y escribiendo en el mismo mientras una alumna está exponiendo a su lado, pero como te pille hablando/distraída/mirando a las musarañas por un minuto, estás cazada, avisada, y te lo repite yendo a tu lugar por si no te ha quedado claro. 
¿Que está todo el mundo peor que tú? No le importa, es como las madres y sus destroce de tus excusas en cuanto a lo que hacían tus amigos, y las metáforas sobre los puentes y tirarse. Ya sabéis, "Si Jaimito se tira de un puente, irás tu detrás  Pues sí me gusta el Puenting sí...perdón por la absurdez". Continúo. 
En definitiva a todo nos llega ese momento en el que echamos de menos lo malo conocido, que gilipollas toca pelotas por conocer. Y el CES leyó mi pensamiento en ese momento de lo que le eché de menos. 

Si sois unos frikis como yo, y os disponéis a ver una serie en vuestra habitación, Friki cueva, y derivados, avisad antes de hacerlo por los posibles gritos, paradas cardiacas, risas, llantos y multitud de reacciones que pueda provocar con la firme condición de no entrar a no ser que pasen más de dos horas sin escuchar si quiera respirar a la frik...persona normal en la habitación. 

Montad una buena comida en casa es posible, sólo hace falta buenos cocinitas (Grazie mille), buena compañía y ganas de comerse el mundo, la comida,  y darse prisa, que aquí el que no come, devora cuando se trata de comida de verdad, y fuera de las habituales pizzas. 

La humedad en Roma, y el pelo en las mujeres... Aún no he encontrado la solución, aparte de salir con el pelo rizado como si de Mufasa se tratase. Si queréis tener un pelo liso y bonito, volveros a España porque aquí os convertís en Super Saiyans. 

La fiesta de la ESN de los viernes. O se va a las 23.00 o no se entra, y hacemos el idiota en la calle entre risas, que tampoco se está tan mal, pero hace frío. 

No dejarme sola por Roma ya que entro en tiendas y llego a casa con cosas de niña pequeña tales como tarjetas de cumpleaños de El Rey León, preciosas, y con un Buzz Lightyear enano de juguete. Precioso todo. 

Está la gente que crea estrategias para que no pases por la Disney Store, y después están tus amigos que te tapan los ojos, y te llevan en contra de tu voluntad lejos de ella mientras tu gritas como una niña pequeña que quieres entrar solo un momentito. 

Si pasáis por una tienda y hay mucha gente: ¡Entrad! Puede que se trate de la inauguración de la misma, o de alguna fiesta y que te den canapés y Champagne por toda tu cara bonita. Como la nuestra al sentirnos en un capítulo de Sexo en Nueva York pero dejamos el Glamour en casa, al menos yo, que de eso creo no tener mucho. Pero brindar con Champagne se me da muy bien. 

Cuidado si al salir de casa te dicen que vais de turismo, irás de turismo, saldrás de fiesta y volverás con la cara llena de corazones, y será la risa. Al igual que una de las mejores noches pasadas hasta el momento. Por fin, música de verdad para mis oídos tras fiestas donde sangraron con tanto Reggeaton y música comercial. Escuchar cosas como Molotov, AC/DC, Artic Monkeys, Muse y casi toda la música que me encanta, fue perfecto. 

Están los amigos, y luego la confianza en forma propia cuando tus amigos entran mientras sigues con la toalla de la ducha sobre tu cuerpo. Y no entran a verte a ti, entrar a ver a Simba y a Buzz Lightyear, pero después la niña soy yo. 

Y hasta aquí los consejos recogidos tras otros doce días de la aventura "Erasmusita" Espero que os gusten, y a éstas risas, invito yo. 

Volveré.(mos)



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